domingo, 1 de agosto de 2010

Los profesores de educación especial como miembros de la profesión



Si vas a ser un especialista en educación especial, debes considerar esta disciplina como una profesión, y a ti mismo como un profesional. Debes considerar que posees ciertas capacidades y conocimientos que te hacen distinto de las personas que no las tienen. Esto no tiene nada que ver con la soberbia, sino con la idea de que todos nosotros debemos adquirir y emplear el mayor grado de competencia profesional que seamos capaces.

Es aconsejable que sientas la responsabilidad y el deseo de ayudar a los niños con necesidades educativas excepcionales. Quizá a causa de ello te digan con frecuencia que eres una persona “estupenda” o “paciente”. Es verdad que las buenas intenciones tienen mucho valor, pero el sentido de la responsabilidad y el deseo de ayudar son sólo el comienzo. Lo que más necesitan los alumnos con discapacidad son profesores impacientes: Impacientes con sus magros progresos, con los métodos, los materiales y las políticas educativas que no ayudan a sus alumnos a adquirir –y después emplear-, los conocimientos y capacidades que necesitan para desenvolverse bien en el hogar, la escuela, la sociedad y los entornos laborales. Por todo ello, no debes ser paciente, sino eficaz.

Enseñar a alumnos con discapacidades requiere la aplicación de métodos sistemáticos. Es un trabajo muy exigente, y debes prepararte para hacerlo lo mejor posible. Debes exigir que tus programas de formación te proporcionen una información apropiada y actualizada. Debes mantenerte al tanto del desarrollo continuo de esta disciplina leyendo revistas especializadas, participando en programas de formación y asistiendo a congresos. Pero mejor aún es experimentar métodos educativos y compartir los resultados de tus investigaciones con los demás profesionales por medio de presentaciones orales y de publicaciones.

La educación especial no es una profesión triste ni mezquina, sino todo lo contrario. Es una especialidad científica interesante y dinámica, que ofrece más satisfacciones y posibilidades de realización personal que muchas otras ciencias.

¡Bienvenido a ella!
Tomado de:
Heward, W. (1998). Niños Excepcionales.
Una introducción a la educación especial. Madrid: Prentice Hall. P. 632

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